Los montajes y recubrimientos comprenden desde acabados en la elaboración de productos, retractilados, montajes industriales, juntas o taponería, hasta la externalización del propio montaje.
En Ripleg ofrecemos procesos de montaje y manipulación de productos enfocados a cualquier sector que garantizan un acabado de calidad mediante la mejor maquinaria y un equipo profesional con una larga experiencia en el sector.
Hay una gran gamma de tipos de montajes y recubrimientos para elegir los que más se adapten a tus necesidades.
Retractilado y montajes industriales
Uno de los recubrimientos más utilizados es el proceso de retractilado, una técnica de embalaje que consiste en envolver un objeto con un film termoplástico transparente ajustado perfectamente a su superficie. Una vez se aplica este material al diseño requerido, se le aplica el color en su contorno de forma equilibrada para el producto final.
Por otro lado, para realizar montajes industriales es muy importante contar con la maquinaria necesaria para colocar cada pieza en su posición final de acuerdo con las necesidades y requisitos de cada proyecto. De esta manera, podremos obtener montajes industriales completos y que cada fase del proyecto se realice correctamente.
Acabados industriales
Los acabados industriales se utilizan para elaborar todo tipo de productos, ya sea con fines funcionales, decorativos o de usabilidad. Mediante una amplia gama de materiales, se diseña el recubrimiento un producto siempre de una forma óptima, práctica y estética para lograr los mejores resultados.
Los recubrimientos: la pintura industrial
La pintura industrial tiene dos finalidades:
- Protección: tiene la función de proteger los diferentes soportes o piezas de las agresiones a las que se puedan ver sometidos. Mediante este recubrimiento, obtenemos una protección tanto física como química y también una mayor resistencia.
- Estética: otra de las funciones de la pintura industrial es conferir a la pieza un mejor aspecto estético para conseguir un mejor acabado. De esta manera, se incrementa también su valor añadido.
Tipos de pintura industrial: ¿en polvo o líquida?
Actualmente existen dos tipos de pintura industrial: el pintado en polvo y la pintura líquida, pero se utilizan de maneras muy distintas.
Pintura industrial en polvo
La pintura industrial en polvo es un recubrimiento orgánico que aporta excelentes prestaciones a las piezas tratadas con lo que se mejora notablemente la protección a la corrosión. Además de ser muy resistente a la fricción, los impactos y las inclemencias meteorológicas, tiene un secado inmediato y es respetuoso con el medio ambiente.
La pintura en polvo es un polímero térmico que responde al calor. En el momento en que la pintura es horneada, reacciona en el polímero con los otros grupos químicos e incrementa el peso molecular. De esta forma, se mejoran las propiedades de rendimiento del material, creando una capa de pigmento uniforme y lisa.
Los sectores más comunes donde podemos ver pintura en polvo son los siguientes: en industrias como la automoción, en objetos de aluminio procesado y electrodomésticos, en estructuras metálicas externas, iluminación exterior, utillaje de jardinería o mobiliario.
Pintura industrial líquida
La pintura líquida es una de las mejores soluciones cuando queremos realizar un acabado de calidad ya que tiene un proceso de fabricación sencillo, nos ofrece una gran flexibilidad y también una mayor optimización de los costes.
Una de las principales funciones de la pintura líquida es realizar acabados de componentes de ensamblados, ya que no aporta un grosor extra a la pieza tras ser pintada. Además, es un tipo de pintura que puede aplicarse sobre muchos tipos de superficies debido a su versatilidad y posibilidades de un acabado final personalizado.
La pintura líquida se utiliza principalmente en el sector industrial y maquinaria, envases, decoración, plásticos, automoción, mobiliario de oficina o maquinaria agrícola, entre muchos otros.