Muchos contornos internos no pueden producirse con un solo punzón en una única pasada. Sin embargo, es posible realizarlos mediante el denominado proceso de mordisqueado o mordentado. En este caso, un punzón, normalmente circular, se desplaza a lo largo del borde deseado en varias pasadas. De este modo, se pueden realizar incluso los contornos menos comunes sin costes adicionales de utillaje.

No obstante, cabe señalar que el borde mordisqueado es notablemente más áspero y desigual. Se recomienda utilizar esta tecnología sólo hasta espesores de chapa S de 4 mm para el acero dulce y 3 mm para el acero inoxidable. Dependiendo de la máquina y la herramienta, también es posible obtener chapas más gruesas.